Todo el mundo sabe mover el cuerpo al ritmo de la música, todo el mundo sabe hacer cuatro pasos coordinando los pies con los brazos. Pero transmitir, eso es lo difícil.
Cuando asistimos a clase de baile podemos aprender nuevos pasos y movimientos, podemos aprender a hacer grandes saltos y giros que no todo el mundo sería capaz de realizar sin una buena base y sin un gran esfuerzo. Los profesores están para enseñarnos y corregir nuestros errores, pero cuando se trata de transmitir emociones mientras bailamos, nadie nos puede enseñar.
Cuando bailas, a parte de realizar una serie de pasos acompañados de una melodía, también hay que saber mostrar al público una serie de sentimientos, amor, tristeza, odio, sorpresa, etc... A la vez que bailamos tenemos que saber contar una historia y para ello, es necesario meterse en la piel de un personaje; saber cómo se siente, cómo se comporta y cómo actúa según la situación. Nadie puede ayudarnos, sólo nosotros mismos somos conscientes de lo que sabemos hacer en un escenario, puedes subirte a uno de ellos y bailar, pero nada tendría sentido si tú no eres capaz de transmitirle al público, a parte de los movimientos, lo que puedes demostrar al mundo con tus sentimientos y emociones.
Por eso cuando vayas a actuar, cuando empiece a sonar la música, recuerda que lo importante no es hacerlo todo perfecto; ya que la perfección no existe, lo importante es decirle a los espectadores que disfrutas bailando, que sin el baile no podrías ser lo que eres ahora y que la danza es tu vida.
domingo, 27 de enero de 2013
jueves, 24 de enero de 2013
Nunca te rindas, nunca.
Todos, absolutamente todos hemos tenido malas rachas y
épocas en las que no nos sale nada y perdemos confianza. En algún momento de
nuestra vida nunca nos hemos sentido cómodos con nuestra forma de bailar.
Muchas veces sientes que no eres capaz de hacer ningún ejercicio o que
simplemente no vas a las clases de baile con las mismas ganas, ya sea por lo
anterior dicho, por malas situaciones por las que estés pasando o porque ya no
estás a gusto con la clase, profesores y compañeros. La única explicación que saco
es que tenemos la autoestima baja, no nos creemos capaces de hacer cosas que en
realidad si que podemos realizar y que además, en muchas ocasiones ya hemos
realizado. Pero ese momento en el que crees que nada te va a salir y que nada
merece la pena, hay que llenarse de orgullo, hay que
pensar en todo lo vivido, hay que pensar que nadie te dijo que conseguir tus sueños fuera fácil. Si ya piensas que tus ganas de bailar se han marchado,
reflexiona, y empieza a plantarte que antes era con el baile con lo que más
disfrutabas, que el baile era tu vida entera y que ahora por culpa de una mala
racha te vienes abajo e incluso llegas a dejar la danza. Lo único que voy a
añadir es, que llevas muchos años
bailando, muchos años de práctica y sacrificio y ahora no puedes rendirte, has
pasado por un montón de baches y curvas y ahora no puedes estar así,
simplemente disfruta del baile, que es tu vida, no te preocupes por las
inseguridades y las bajas, al final volverás a tener la misma confianza que
antes, incluso puede que tengas más. En la vida hay que ser fuerte, no nos
podemos rendir a la primera, hay que seguir luchando, porque es así como se
consiguen los resultados, y con ello los sueños..
sábado, 5 de enero de 2013
¿Tienes vergüenza a la hora de bailar?
Si eres una bailarina principiante, es fácil romper ese miedo; ya que cuanto antes empieces a tratarlo antes podrás retenerlo. Si eres una bailarina veterana, y siempre te ha dado vergüenza bailar o simplemente tienes una mala racha de inseguridad, tienes que pensar en todo el esfuerzo y todo el trabajo que te ha costado llegar hasta donde estás, todo lo que has sacrificado para lograr tu sueño. Piensa en todas las caídas, los moratones, las ampollas, los tirones... ¿Has aguantado todo esto para ahora no hacer nada? En estos casos hay que tener un poco de orgullo y confianza y salir al escenario a lucirte y a mostrar todo lo que has trabajado y todo lo que has luchado para conseguirlo. Así que antes de salir a actuar yo te recomiendo que te digas a ti misma, que eres preciosa, que tienes un físico envidiable, que bailas genial, que tienes confianza y autoestima en ti misma, que eres feliz cuando te pones las zapatillas y bailas. Deja atrás las críticas y las inseguridades, simplemente disfruta del baile, que es lo mejor que tienes.
Entonces, llegará ese día que tanto habías esperado. Cuando sales al escenario, se apagan las luces del patio de butacas y empieza a sonar las música, ese preciso momento en el que te subes a las puntas y te olvidas de todo, ese preciso momento en que te olvidas de todo para empezar a disfrutar de lo que es tu vida, la danza.
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